Trabajo realizado por Doulas Natal, Abril 2018.
Autoras: Marianela Carnicellini, Paz Merlo, Verónica Giracca, Paola González, Renata Zenteno Queiroz.
Embarazos después de los 40 años
“Mirada hacia el interior de la mujer embarazada primeriza post 40 (vivenciando el embarazo como propio; ver de qué manera se puede dejar de lado lo exterior y conectar más con lo interior que se vive)”
Introducción:
Tener un hijo no es algo que esté marcado por la edad, y aunque en el pasado las mujeres tenían hijos a una edad bastante temprana, lo cierto es que con los años y el ritmo y estilo de vida que llevamos ha provocado que las mujeres se queden embarazadas cada vez más tarde, y aunque es posible y no tiene por que ser problemático, lo cierto es que elegir tener un hijo cuando ya tenemos 40 años o más, puede conllevar algunos riesgos.
Quedarse embarazada a los 40 años o incluso más tarde es una experiencia cada vez más común entre las mujeres. Esto se debe principalmente a que muchas dedican una gran parte de su juventud a sus carreras y a asegurar una estabilidad económica antes de dar el paso de la maternidad.
Muchas apuestan por la maternidad ya entrados en los 35 años, en los 40 e incluso en los 45 años, aún sabiendo que a medida que pasa el tiempo y cumplimos más años van disminuyendo las probabilidades de quedar embarazadas.
Pero de todos modos, gracias a tratamientos de fertilidad, y a como la ciencia ha avanzado en este campo, podemos decir que son cada vez más los casos de mujeres con más de 40 que esperan un bebé.
Con este trabajo, no solo queremos destacar los riesgos sino también y principalmente las ventajas. Como futuras doulas creemos en el pensamiento positivo y de trabajar con las embarazadas a través de lo que creemos que las fortalece y empodera, y no solo a través del miedo.
Creemos que trabajar con las embarazadas generando seguridad y combatiendo los miedos de pasar los 40 a la hora de tener una bebe ya es una ventaja porque se encara la problemática a través de una mirada sana, responsable y pacífica. Ya significaría contener una embarazada desde otra perspectiva, por supuesto, siempre trabajando en compañía de sus respectivos médicos.
Por eso a través de este trabajo proponemos acompañar bajando ansiedades y miedos desde una mirada contenedora que ve siempre primero las ventajas más que los riesgos. Con los ejercicios vistos a lo largo de las clases y este nuevo enfoque hacia la problemática creemos y casi afirmamos que la embarazada se sentiría protegida y con fuerzas para afrontar los 9 meses de gestación.
Riesgos de un embarazo a los 40
Cada vez son más las mujeres que se plantean un embarazo tardío, o al menos más tardío de lo que solía considerarse hace sólo unos años. Sólo en España, la media de edad para tener el primer hijo se sitúa en torno a los 31 años, con muchas nuevas mamás retrasando los embarazos posteriores hasta bien pasados los 35.
La incidencia de los embarazos en la cuarentena es menor, pero aún así significativa, con una ascendencia progresiva de embarazos tardíos que llegan a buen término a medida que avanza la tecnología médica y la capacidad de obstetras para adelantar posibles complicaciones, independientemente de que se trate de una gestación espontánea o un tratamiento de reproducción asistida.
Aun así, es obvio que existen algunos riesgos de más relacionados con el embarazo pasados los 40. Todos los embarazos requieren de hábitos de vida saludables, aunque en el caso de las mujeres en edad algo más avanzada, es importante incrementar los cuidados y estar siempre bajo control médico. Establecer una correlación de las diferentes incidencias es fundamental para poder prevenirlas.
Los riesgos más comunes son:
Riesgo de aborto. El riesgo de aborto espontáneo se sitúa entorno al 11% entre los 20-24 años, en torno al 12% de los 25 a los 29 años, y hasta un 15% de los 30 a los 34 años. Pasada esa edad, el riesgo aumenta considerablemente: un 24.6 por ciento en la franja de edad que va de los 35 hasta los 39 años, y más de un 51 por ciento de los 40 a los 44 años. A partir de esa edad, el riesgo de sufrir un aborto se eleva a un 93 por ciento.
Riesgo de anomalías cromosómicas. El trastorno cromosómico más común es el síndrome de Down, que conlleva diferentes grados de retraso mental, además de otras malformaciones como cardiopatías graves. La incidencia de este síndrome aumenta exponencialmente con la edad materna: mientras que el porcentaje es inferior a una entre 1000 mujeres cuando las mamás son menores de 30 años, en mujeres de 40 a 42 años el riesgo aumenta hasta 1 entre 105, mientras que por encima de los 48 años se sitúa en torno a 1 de cada 16.
Hipertensión arterial. La tensión arterial elevada afecta a la mamá pero también al bebé, y suele presentarse a finales del segundo trimestre y mantenerse hasta que el embarazo se lleva a cabo. Su incidencia aumenta con la edad materna, y puede derivar en preeclampsia, si se da conjuntamente con proteinuria (la presencia de proteínas en la orina), así como con edemas en las extremidades. Esta sintomatología suele requerir de un estricto control de la mamá y el feto, derivando a veces en un parto inducido.
Parto prematuro. El principal riesgo de la prematuridad no es sólo la posible muerte del bebé: también hay que considerar las secuelas que un parto prematuro puede dejar en el recién nacido, así como su gravedad, abarcando desde la sordera o ceguera hasta la parálisis cerebral.
Diabetes gestacional. Se trata de la alteración metabólica más frecuente en el embarazo de edad avanzada, y afecta al pronóstico de la madre (como infecciones de orina, aumento excesivo de peso o parto prematuro) y al del bebé, si no se controla como es debido.
Cesáreas o partos instrumentados. El riesgo aumenta sobre todo entre las mujeres de más de 40 años que dan a luz a su primer bebé pasada esta edad. En los casos de maternidad tardía, la segunda etapa del parto suele prolongarse más de lo debido (comparado con otras mamás más jóvenes), aumentando con ello el sufrimiento del pequeño que llega el mundo. Es por esto que muchas veces los partos vaginales a esta edad requieran de ventosas o fórceps, o deriven en algún momento en una cesárea.
Si la mujer ha retrasado su primer embarazo hasta después de cumplir 40 años, ya sea por motivos personales o profesionales, seguramente habrá oído muchas opiniones en torno a las ventajas y desventajas de hacerlo a esta edad. Desde luego, las probabilidades de quedar en estado ahora son más bajas que hace unos años atrás y, según los expertos, después de los 45 es muy difícil quedar embarazada utilizando sus propios óvulos. Si éste es el caso, es importante que conozca los riegos y cuidados de un embarazo después de la cuarta década.
¿Cómo prepararse para el embarazo?
- Informarse sobre el riesgo cada vez mayor de complicaciones genéticas (anomalías cromosómicas) y las pruebas que usted debe hacerse durante el embarazo para detectarlas. Consulte a un especialista en genética.
- Asegurarse de que cualquier afección existente (presión arterial alta, diabetes, enfermedad de la tiroides, obesidad) se encuentre en una etapa estable y controlada, antes de pensar en quedar embarazada. Hable con su médico sobre el embarazo y como podría afectar su afección actual.
- Ingerir vitaminas prenatales con ácido fólico antes de quedar embarazada para ayudar a prevenir defectos del tubo neurológico, particularmente la espina bífida.
Aunque tener un bebé después de los 40 puede presentar un alto riesgo de complicaciones, la mayoría de las mujeres mayores tienen bebés saludables. En este sentido, es fundamental llevar una dieta y nutrición apropiadas, buenos cuidados prenatales y prepararse tanto emocional como económicamente para su bebé y los cuidados que serán necesarios. Por otro lado, también es importante evaluar las ventajas de esperar un hijo hasta después de los 40. Son muchas las mujeres y los hombres mayores que consideran que son más pacientes y realistas para enfrentar el desafío de un bebé de lo que hubieran sido antes en su vida. Asimismo, pueden disfrutar mejor la felicidad de ser padres, después de haber establecido sus carreras, ya que sienten que tienen más tiempo para dedicárselo al nuevo miembro de la familia.
Rol de la doula
El rol de la doula es muy amplio, pero en este caso tomando a mujeres de 40 años en adelante que deciden ser madres lo que hay que intentar es que estos riesgos no se conviertan en miedos e influyan de manera negativa sobre su embarazo; se trata de acompañarlas e ir escuchando sus dudas, angustias y necesidades e ir guiándolas a que ellas mismas con profesionales de confianza y estudios médicos correspondientes sigan un control adecuado del embarazo en un centro que pueda asumir los posibles imprevistos.
Se le brindara información y contención emocional para que la mujer llegue a su parto lo más consciente y serena posible. Para que disfrute de ese proceso, en definitiva.
Las doulas no pueden intervenir médicamente (por ejemplo, hacer un tacto) Solo se encargan del aspecto emocional de la mujer.
Las pacientes han de ser conscientes de los riesgos que tienen por el hecho de estar embarazadas a una edad “avanzada”, es bueno comunicárselos de forma empática y entendible sin atemorizar ni generar malestar emocional; se trata de que lo sepan y que puedan manejar esa información sin creer que todo eso “les tiene que pasar”, por el contrario, son solo riesgos y no necesariamente los sufrirán.
Es muy importante que las pacientes entiendan que todo es cuestión de equilibrios, si por un lado la edad avanzada aumenta por ejemplo el riesgo de diabetes gestacional, el hecho de tener una dieta sana, de no ganar peso en exceso y de hacer algo de actividad física disminuirá ese riesgo. Si las pacientes captan eso, que su estilo de vida a lo largo del embarazo puede ser determinante, tendremos a una paciente motivada por colaborar y encima lograremos que su embarazo vaya de la mejor manera posible.
Es un hecho que en la sociedad actual se está retrasando la edad media al primer parto, por lo cual es cuestión de saber que cada vez va a ser más frecuente tener pacientes embarazadas de más de 40 años y ser capaces de ofrecerles todos los cuidados y contención que necesiten para intentar que el embarazo transcurra de la mejor forma posible. Si además tenemos en cuenta que las técnicas de reproducción asistida cada vez consiguen mayores tasas de embarazo y que la congelación de óvulos por parte de la mujer para poder postergar su maternidad) es una opción que cada vez más mujeres escogen, es seguro que esta situación va a ser cada vez más y más frecuente.
Ventajas de un embarazo a los 40
Aunque no es lo mismo ser madre a los 20 años que cerca de los 40, en las últimas décadas se han producido muchos avances médicos gracias a los cuales el embarazo en etapas avanzadas es hoy viable y más seguro. En la actualidad, retrasar la edad de la maternidad es una tendencia social en auge y, además, la madurez aporta muchos beneficios a la maternidad, distintos a los que proporciona la juventud, pero igual de necesarios.
Estudios aseguran que los bebés nacidos de mujeres maduras son, en la inmensa mayoría, especialmente deseados. Estas madres suelen planificar más el momento de formar una familia. Gracias a esta planificación, son capaces de establecer un vínculo muy cercano con el futuro bebé incluso antes de que se produzca el embarazo, y a su vez este vínculo las ayuda después a aceptar su rol de madres sin problemas.
Uno de los datos más significativos que arrojan las estadísticas es que los casos de depresión posparto son menos frecuentes cuanto mayor es la madre.
Otra razón por la que estas mamás sienten de una manera tan especial su gestación es porque, por lo general, ésta tarda más en producirse; lo que hace que la concepción sea más costosa, pero no imposible.
Ante todo, es importante mantener una actitud positiva y realista. Ten en cuenta que los avances médicos de las últimas décadas han hecho posible que el embarazo de una mujer madura esté mucho más controlado. Y no sólo eso: el aumento de este tipo de embarazadas ha dado muchas pistas a los especialistas acerca de las complicaciones más comunes.
Otra buena noticia es que los estudios han demostrado que la gestante madura es más disciplinada que la que es muy joven, de manera que sigue sin problemas las pautas que prescribe su medico, esenciales para prevenir complicaciones.
También, cuanto mayor es la mujer, más saludables son sus hábitos: está más concientizada de los efectos nocivos del tabaco para ella (aumenta la presión arterial ligada a la preeclampsia) y para el bebé (riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer), así como de la importancia de comer fruta y verdura y hacer ejercicio.
Hay que tener en cuenta que algunas de estas mujeres están expuestas a una gran carga emocional, pues en muchos casos son embarazos obtenidos tras años de tratamiento.
Si el embarazo no ha presentado ninguna complicación se busca ayudar a la embarazada a tener un parto natural. Las parturientas maduras colaboran mejor en el parto que las jóvenes. La razón es que estas madres son más conscientes de las posibles complicaciones y, además, la mayoría tienen el umbral del dolor más alto y aguantan mejor las contracciones.
La madurez que poseen las mujeres de 40 años representa una ventaja clara sobre las chicas de 20 que deciden ser madres. La estabilidad económica, profesional y emocional suele ser más elevada entre las madres de mayor edad. Son madres porque así lo han decidido. La estadística también refleja que las mujeres que se estrenan como madres con mayor edad suelen poseer un mayor nivel de formación.
A mayor edad, más preparadas para amamantar están las madres. Asimismo, las decisiones sobre la alimentación de los hijos suelen ser más acertadas. Ser «madre añosa» también implica beneficios económicos. Además, ser madre pasados los 40 alarga la vida. Así lo indica un estudio de la universidad de Harvard que indica que las mujeres que tienen hijos a una edad más avanzada viven más.
Ser madre tardía no afecta de forma negativa a la salud del bebé. Los avances médicos y el seguimiento controlado de la gestación permiten detectar posibles anomalías en el feto de forma precoz. Es más, algunos estudios apuntan a que se reduce el riesgo del niño de sufrir algunas enfermedades y de padecer sobrepeso en la edad adulta. En términos médicos, otra de las ventajas es que los casos de depresión posparto son menos frecuentes entre las madres de mayor edad.
Ventajas de la madurez a nivel fisiológico siendo madre a partir de los 40:
– Mejoran las habilidades mentales:
Existe un aumento de la agudeza mental, asociado a la resolución de problemas y a una mejora de las capacidades verbales, esto se debería a las hormonas que intervienen en el embarazo. Una de ellas, la progesterona, es la encargada de desarrollar el tejido cerebral. La otra, el estrógeno, es una influencia muy beneficiosa sobre la estructura del cerebro.
– Alimentación y vida más sanas:
A una mayor edad, la alimentación suele ser mucho más sana que la de una mujer más joven. Aumenta la atención por la comida de calidad, la dieta saludable y, por supuesto, el interés por cómo puede afectar al feto y al propio cuerpo. Se es más consciente de los riesgos, y por tanto, incrementa el interés por cuidarse.
– Aumento de la fertilidad:
La otra buena noticia es que el número de mujeres teniendo hijos después de cumplir 40 se ha cuadruplicado en los últimos 30 años. La fertilidad de mujeres maduras ha aumentado. La tendencia en los nacimientos después de los 40 sigue creciendo, sobre todo en países industrializados.
– Estabilidad laboral y económica:
A partir de los 40 ya se suele poseer una estabilidad laboral y económica. Existe la tranquilidad de poder mantener al bebé o futuros bebés sabiendo que no les va a faltar de nada. Ya se han alcanzado las metas laborales, y es casi imposible que un niño pueda influir negativamente en sus ambiciones.
– Equilibrio mental y emocional:
Se está más preparada para enfrentarse con el embarazo y la nueva vida de madre. La madurez es mucho más adecuada a la hora de adaptarse a los cambios y todo es más relajado. Además, la sensatez de la edad da una paz que una mujer más joven no ha adquirido aún. La experiencia que ya se ha tenido con otras situaciones vitales importantes permite que la madre no se agobie con cualquier tontería.
– Otras ventajas:
- Los hijos de mujeres mayores de 40 tienen una mejor salud física y emocional debido a un mejor cuidado y atención que reciben, comparados con los hijos de madres en los 20.
- Los niños de madres mayores sufren un 22% menos de probabilidades de lesionarse de forma accidental.
- Casi un tercio de los niños es menos propenso a ser ingresado en un hospital antes de los tres años de edad.
- El desarrollo del lenguaje de niños con madres más maduras es mejor, y;
- Los conflictos entre padres e hijos se reducen a mayor edad de la madre.